Tres días ha tardado Eder Militao en enmendar su error en la derrota ante el Getafe. Lo que sucedió ante el equipo azulón en el primer partido de este 2022 fue un accidente y el central sigue manteniendo el buen nivel al que ha rendido durante el resto del curso. Así lo demostró ante el Alcoyano, donde allanó la clasificación del Real Madrid para los octavos de final de la Copa del Rey, haciendo el primer gol del partido, en la primera oportunidad.
No fue el mejor partido del conjunto blanco y, como apuntó Carlo Ancelotti, no era el momento de lucirse, ante un equipo con oficio, que juega a otra cosa y en territorio hostil, como fue El Collao. Los madridistas jugaron a algo a lo que no están para nada acostumbrados, se pusieron el traje de faena y consiguieron sacar el partido adelante, aunque no sin complicaciones.
No fue hasta el minuto 38 cuando comenzaron a ver más cerca los octavos, gracias al tanto de Militao. Hasta entonces, había tocado remangarse en defensa y esperar su momento. Y este llegó de córner. Hazard la puso, el central engañó a su marcador e impuso su poderío aéreo para mandar el balón al fondo de la red y hacer el primer gol del partido.
Tiene un idilio el brasileño con Alcoy, donde ya marcó el pasado curso el gol que adelantaba también a los madridistas, también tras una acción a balón parado. Sin embargo, en aquella ocasión no les sirvió para clasificarse, al darle la vuelta el conjunto alicantino a la eliminatoria. También es cierto que aquel Militao no era el de ahora.
En esta ocasión, el defensa del conjunto blanco se ha ganado ser un indiscutible para Ancelotti. El buen final de temporada que firmó la temporada pasada le llevó a ganarse la titularidad de cara a la presente, en la que ya se ha consolidado como una gran garantía atrás. Una vez más, volvió a demostrarlo ante el Alcoyano.
El mejor en la encerrona
El cruce de dieciseisavos de final era una encerrona para el Real Madrid. Los blancos estaban ya avisados, después de lo sucedido el pasado curso, de que la diferencia de categoría entre uno y otro equipo no significaba que fuese a ser un paseo hacia la siguiente fase. El fútbol al que están acostumbrado los grandes se hace impracticable ante rivales de esta índole, que acostumbran a hacer un juego más directo y trabado. Militao entendió a la perfección lo que debía hacer y se consagró como el hombre del encuentro.
Más allá del gol, el brasileño fue decisivo atrás. Su rapidez y su altura fueron dos factores determinantes para lograr sacar sin más apuros de los debidos el partido adelante. El objetivo era evitar que el juego directo que pudiera plantear el Alcoyano complicase en exceso las opciones de estar en octavos y la solvencia del 3 madridista era clave para conseguirlo.
Como viene siendo habitual esta temporada, Militao se hizo un gigante en el área madridista, despejando cualquier tipo de peligro que acechaba la meta de Lunin. De hecho, acabó el partido con cuatro robos, seis despejes y un total de ocho duelos ganados sobre los ocho que disputó. Unos números que, sumados a su importante gol, permitieron a los blancos clasificarse para la siguiente ronda y que hacen que lo sucedido en Getafe sea ya un borrón del pasado.